traducciones juradas

Traducciones jurídicas español<>holandés

Ofrecemos un servicio especializado en traducción legal holandés<>español. Nuestros traductores holandeses nativos son profesionales del Derecho y conocen el marco jurídico de país de destino, ya sea España o Holanda.

¿En qué consiste una traducción jurídica español<>holandés?

Si bien la traducción en general puede tener más matices de lo que la gente piensa, una traducción legal al holandés o del holandés es mucho más que trasladar palabras de un idioma a otro.

La traducción jurídica está enfocada a una gran variedad de documentos como testamentos, documentos judiciales y financieros, declaraciones, patentes o sentencias.

Los traductores legales de holandés deben conocer bien el sistema jurídico del país de donde procede el documento. Para no caer en traducciones incorrectas, deben asimismo tener conocimientos tanto de la legislación española como de la legislación de Holanda.

En un mundo globalizado en que empresas de todo el mundo pueden entablar relaciones comerciales, la traducción jurídica adquiere un papel muy relevante. Aprovechamos para recordarte que no todas las traducciones legales o jurídicas tienen por qué estar juradas (certificadas). Las traducciones juradas holandés-español solo son necesarias cuando nos lo solicita algún organismo oficial, algún Registro o algún Notario. Por tanto asegúrate bien de si te pide una traducción oficial, o es suficiente con una traducción simple holandés<>español.

La traducción jurídica se diferencia de otros tipos de traducción

Los documentos legales en lengua neerlandesa, más que otros documentos como los comerciales, tienen una terminología específica. Nuestros traductores legales de holandés están capacitados para traducir correctamente estos conceptos en la lengua meta. No se limitan a sustituir una palabra por otra.

La elección de determinadas palabras en un texto legal tiene un significado muy determinado y preciso. Por otra parte, cualquier ambigüedad o imprecisión puede invalidar un documento legal. Un pequeño error podría comportar importantes consecuencias económicas.

La jerga jurídica de cada país (España, Holanda) es compleja y su terminología es muy específica. Si a esto añadimos las diferencias culturales y regionales de los lugares en que se habla el holandés, entenderemos lo difícil que puede ser la traducción jurídica.

Los traductores legales se encargan de trasladar un concepto jurídico de español a holandés o viceversa. Para que sea legalmente vinculante, la terminología jurídica española y neerlandesa debe ser precisa. 

Obras de referencia del traductor jurídico de holandés

Todos los traductores legales de lengua neerlandesa acuden a obras de referencia para realizar su trabajo. Por ejemplo, diccionarios y glosarios especializados, códigos, leyes y doctrina, tanto del Derecho de España como de Holanda.

Los traductores legales recurren frecuentemente a los códigos de procedimiento civil y penal y a los códigos civiles y penales de cada país. En estos códigos encuentran descripciones precisas en holandés y español de cada concepto legal.

Estos materiales de referencia ayudan al traductor a confirmar que están empleando el término holandés utilizado en los procedimientos legales. El trabajo de un traductor legal holandés-español es muy preciso y meticuloso. Además de estas obras jurídicas especializadas, el traductor utiliza herramientas de ayuda a la traducción como memorias y bases de datos terminológicas. Aquí encuentra fragmentos de textos que él mismo ya ha traducido, o traducciones de términos especializados que ha ido introduciendo durante trabajos anteriores.

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Breve historia del holandés 

El holandés o neerlandés tiene su origen en el dialecto franconio del bajo alemán. En el siglo XII pasó a ser el idioma literario del neerlandés medio.

Desde el siglo XVII el nuevo neerlandés se convirtió en una lengua totalmente independiente, y en Sudáfrica derivó en una lengua dialectal llamada Afrikaans (también conocida como “holandés del Cabo”).

El holandés o neerlandés es una lengua germánica occidental con unos 28 millones de hablantes (en 2012), principalmente en los Países Bajos y Bélgica. Existen pequeñas comunidades de habla holandesa en el norte de Francia, alrededor de Dunkerque. El holandés también se habla en Aruba, las Antillas Holandesas, Surinam y en Indonesia.

La forma oficial o estándar del neerlandés se conoce como Algemeen Beschaafd Nederlands (ABN), 'Neerlandés General Civilizado'. Se enseña en las escuelas y es utilizado por las autoridades de los Países Bajos, Flandes (Bélgica), Surinam y las Antillas Neerlandesas. Una asociación conocida como Taalunie (Unión de Lenguas), que fue creada por los gobiernos de los Países Bajos y de Flandes, regula la ortografía y la ortografía de la ABN. Los nombres alternativos para la ABN son Algemeen Nederlands (AN), Holandés General, y Standaardnederlands, Holandés Estándar.

Los dialectos holandeses que se hablan en Bélgica se conocen como flamenco (Vlaams). Se diferencian en cierta medida del holandés hablado en los Países Bajos por la entonación y pronunciación, y hay pequeñas diferencias en el vocabulario, incluyendo palabras prestadas del francés y del inglés que no se encuentran en el holandés estándar.

El idioma holandés evolucionó a partir del dialecto Bajo Franconio (Niederfränkisch) del bajo alemán. El primer ejemplo conocido de escritura del Viejo Franconio aparece en un manuscrito latino del siglo IX, las Leyes de los Francos Sálicos, y en las traducciones de los Salmos. Sobrevive alguna poesía escrita en neerlandés medio que data de los siglos XII y XIII. La traducción holandesa de la Biblia, el Staten-Bijbel, de 1619-1637, fue una de las primeras obras importantes del holandés moderno.