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Tecnologías de traducción

Servicios de traducción web basados en proxies.

Tecnología: Proxy de traducción

Un proxy de traducción es un servicio que aparece como una capa sobre nuestro sitio web y que muestra el contenido traducido al idioma de nuestros usuarios. Para ello, creamos unos registros DNS que apuntan al proxy para que este servicio le envíe las traducciones a la web de origen. Cuando el proxy nos responde, nos manda el contenido traducido y lo incorpora al html original. Es igual que cuando Google Chrome nos pregunta si queremos que Google Translate nos traduzca la página que estamos viendo. Pero, a diferencia de Google Translate, estas traducciones proceden de traductores humanos profesionales, debidamente revisadas y editadas para que los textos traducidos transmitan la información correcta en el tono adecuado. En los últimos años, los servicios de proxy parecen ser la forma más rápida y económica de traducir nuestro sitio web, aunque no deja de tener sus inconvenientes.

 

Analicemos primero cuáles son las ventajas que nos ofrece:

 

No es necesario que la plataforma de gestión de contenidos sea multilingüe

La plataforma en que publiquemos el sitio en el idioma original no tiene por qué incorporar funciones de localización como, por ejemplo, la opción de guardar versiones localizadas y traducidas de cada página o artículo, o que las plantillas estén traducidas a varios idiomas. Muchos sistemas de gestión de contenido (como WordPress, Joomla o Drupal) son productos que se pueden localizar, pero en otros no nos será posible agregar más idiomas cuando lo necesitemos. Crear un sitio que se pueda localizar implica una planificación, unos requisitos técnicos y una inversión que a lo mejor no están justificados si en el momento de lanzar la web no estaba prevista su traducción a corto plazo.

 

El contenido en sí mismo y la plantilla o tema del CMS se traducen a la vez

En un situación ideal, lo habitual es traducir tanto el contenido (que escriben los autores que incorporan artículos a la web) como las plantillas (es decir, cadenas de texto del código que manejan los desarrolladores). Por ejemplo, en una web de WordPress es necesario traducir las metaetiquetas de autor, las categorías o los botones que ofrece la plataforma para dejar comentarios. Todo esto son cadenas de texto o strings incorporadas en el código de la plantilla o del mismo WordPress.

Si enfocamos la localización sin emplear un proxy, necesitaremos traducir el contenido en dos fases: primero traduciremos el contenido aislando el texto que escriben los redactores de la web; y luego extraeremos las cadenas de texto que se repetirán en todo el sitio (como ”Enviar comentario”, “Recuperar contraseña”, etc.). Con un proxy de traducción todo el texto se localiza a la vez.

 

Podemos seguir utilizando las funciones interactivas de la web

Dado que el proxy proyecta esta capa traducida sobre la web de origen, todas las funciones interactivas siguen funcionando (búsquedas, formularios de contacto e incluso transacciones de e-commerce).

 

El contenido se almacena en servidores seguros

Todas las traducciones se almacenan en la nube, y el servicio de proxy de traducción ve exactamente lo mismo que ven nuestros usuarios. Además, el proxy no tiene acceso a la información confidencial que los usuarios introducen en nuestra web.

Como ocurre con otras tecnologías, los proxies de traducción no sirven en todos los casos. Vamos a estudiar algunos motivos por los que un proxy de traducción no se ajusta a nuestras necesidades.

 

En las versiones localizadas del sitio no es posible crear contenido original a través del proxy

Un proxy de traducción sólo traduce (o en algunos casos filtra) contenido que toma del sitio principal. No existe un procedimiento directo para añadir contenido exclusivo a una versión localizada de la web, contenido que sólo deba aparecer en un idioma. Para algunas empresas, esto es quizás un punto en contra. Si una de nuestras filiales en un país extranjero quiere tener la libertad de crear contenido exclusivo para su mercado objetivo, un proxy de traducción no le será muy útil.  Necesitará publicar el contenido en algún sitio para que el proxy pueda acceder a él y publicarlo. Otra opción sería crear apartados en la web principal para países o regiones concretas, pero entonces no se aprovecharían las ventajas que ofrece un proxy.

 

Un proxy de traducción nos obliga a gestionar y actualizar periódicamente nuestra web

Si lo que queremos es ahorrar costes y crear un sitio sencillo y estático para los mercados extranjeros, el proxy de traducción no será la mejor solución. Los servicios de proxies están pensados para gestionar versiones traducidas del sitio de origen. Si añadimos contenido nuevo o modificamos cualquier texto, en la versión localizada el texto aparecerá en el idioma original hasta que lo traduzcamos. También es posible recortar gastos si decidimos no traducir algunos apartados de nuestra web, como no traducir el blog o las notas de prensa. Pero aún así, con un proxy tendremos que afrontar costes de traducción siempre que agreguemos contenido nuevo a nuestra web. Otro truco sería crear una «web internacional«, genérica y que prácticamente no tenga que actualizarse, y utilizar un proxy de traducción para localizarla a todos los idiomas y mercados extranjeros.

 

Es difícil saber cuál será el volumen de traducción

A diferencia de un proyecto de traducción estándar, un proxy de traducción gira alrededor de una web en constante cambio, así que es difícil prever cómo evolucionará el sitio. No sirve el esquema de “lo hago y me olvido». Se requiere una planificación y a un equipo encargado de supervisar los cambios que se producen en la web. Pero si estamos decididos a ampliar nuestro negocio a nuevos mercados, esta inversión merece la pena.

Es incluso más barato que contratar a expertos en marketing en el país de origen para que creen contenidos originales. Repetimos, la planificación es muy importante. Como lo es encontrar a una agencia de traducción en la que podamos confiar para actualizar nuestro contenido de forma sencilla, fiable y económica. A esto se añade la ventaja de que los proxies de traducción incorporan memorias de traducción que permiten reutilizar traducciones ya generadas y ahorrar en costes. Aunque un proxy de traducción no se adapta a todos los tipos de empresas o webs, sus ventajas son muchas. Un proxy resulta muy útil si nuestra web o sistema de gestión de contenidos no está preparado para ser localizado y, aún así, queremos proyectarnos en nuevos mercados.