Traducción automática no es lo mismo que Google Translate

Localización, Tecnología

Traducción automática no es lo mismo que Google Translate

 ¿Es cierto que traducción automática y Google Translate no es lo mismo?

A pesar de lo que comúnmente se cree en el sector de la localización, la traducción automática (machine translation en inglés) no termina de desprenderse del estigma que Google Translate ha ido creando. Los expertos en localización, cuando lidian con un cliente interesado en la traducción automática, se enfrentan al problema de que mucha gente tiende a unificar los dos conceptos y a referirse indistintante a los dos términos como si fueran sinóminos. Aunque, bien visto tampoco debería sorprendernos, dada la masiva presencia de Google en nuestras vidas. Lo cual nos lleva al siguiente razonamiento: “bueno… pues si lo mejor que puede hacer Google es esto, para qué voy a seguir buscando…”

La traducción automática de Google

Aquí es importante aclarar las ideas falsas que se tienen sobre Google Translate y la traducción automática en general. De acuerdo, es cierto: Google Translate es un ejemplo de sistema de traducción automática. Y para ser más precisos, sería un sistema de traducción automática basado en estadísticas. Pero tampoco sería justo descartar cualquier tipo de traducción automática si, al traducir el contenido de nuestra web con Google Translate (por ejemplo, al francés) y presentarlo a un público francófono sin que un traductor nativo haya revisado las traducciones, nos topáramos con un horda de clientes y proveedores furiosos porque vete tú a saber a qué agencia de traducción le hemos encargado el trabajo. Pero, ¿qué esperar de un sistema de traducción automática basado en estadísticas que no está enfocado a ningún sector en particular, sino que se ha creado utilizando memorias de traducción de uso público? Y si alguna vez has publicado cualquier tipo de contenido traduciéndolo con Google Translate y sin contratar ningún tipo de revisión, corrección o edición humana, no tienes razón para quejarte, ni tampoco para echarle la culpa a la traducción automática de un error que podrías haber evitado fácilmente.

La traducción automática tiene un gran potencial. En realidad es posible configurar un sistema de traducción automática para que se ajuste al contenido de tu empresa, lo que no se puede hacer con Google Translate. Esta es la principal diferencia entre Google Translate y un sistema configurable de traducción automática, de los muchos que hay en el mercado. Al entrenar al sistema de traducción automática utilizando archivos bilingües (normalmente memorias de traducción, glosarios y diccionarios), es posible equiparse de una herramienta de localización bastante buena para cubrir las necesidades de traducción de nuestra empresa, reducir los tiempos para publicar contenido y también ahorrar en gastos de producción y localización en general. Lo cual a su vez nos permitirá localizar y traducir más material, que antes no nos podíamos permitir por no ser prioritario, y aprovechar al máximo nuestro presupuesto para localización.

Suena bien esto de la traducción automática, ¿no?

Llegados a este punto tampoco nos dejemos llevar por la euforia. Conviene crearse unas expectativas realistas y enfocar el tema con sentido común. La traducción automática puede ofrecer traducciones literales muy buenas de según qué tipo de contenido. Pero los textos que se emplean en marketing y publicidad necesitan un toque creativo que, por supuesto, no aporta la traducción automática, por que deberemos descartar la traducción automática para este tipo de contenido. No obstante, para manuales de usuario, archivos de ayuda y otro tipo de documentos técnicos con contenido muy repetitivo y con variaciones sintácticas poco significativas, la traducción automática puede ser una opción a tener en cuenta.

Configurar un sistema de traducción automática también requiere la participación de personl técnico y una estructura orientada a procesos, algo que sólo se puede conseguir con un equipo de traductores y lingüistas profesionales. Cuando se hace bien no cabe duda de que es una excelente herramienta de trabajo para los traductores. Vamos a remarcarlo bien: del mismo modo que hoy en día las memorias de traducción son una herramienta tecnológica indispensable para los traductores en su flujo de trabajo, la traducción automática debería gozar de la misma consideración. En la gran mayoría de casos es necesario que un traductor humano revise y corrija todo el contenido para garantizar que puede publicarse. Y cuando todo este contenido revisado, corregido y editado lo volvamos a volcar en el sistema durante mucho tiempo, la calidad de la traducción automática irá mejorando indudablemente. Esto hará que nuestros traductores y linguistas tengan que hacer menos correcciones en la fase de post-edición y que, por tanto, traduzcamos contenido más rápido y con menos costes, aumentando así la productividad y resolviendo el eterno conflicto entre Google Translate y la traducción automática.